Piedra, papel, tijera o Bucaram

La estrategia política del Gobierno parece basarse en tres palabras: Jan-Ken-Pón. El tradicional juego japonés del siglo XVII y que ha llegado hasta la actualidad bajo el nombre de Piedra, papel o tijera (a la que el personaje Sheldon Cooper agrega Lagarto y Spock en la serie The Bing Bang Theory), describe sin habérselo propuesto la estrategia política que emplea el gobierno de Lenín Moreno, a propósito del escándalo generado con la captura y posterior liberación con prisión domiciliaria del expresidente de la República, Abdalá Bucaram Ortiz.
Las reglas del juego son sencillas: los jugadores esconden sus manos y tras el breve canto de Piedra, papel o tijera uno, dos y tres, enseñan una de sus manos dando forma a una de las imágenes: puño (piedra), mano abierta (papel) o dedos en forma de V (tijera). Cada uno de estos símbolos gana al otro: piedra aplasta a tijera, tijera corta a papel y papel gana a piedra. Una vez que alguien gana el ciclo puede repetirse infinitamente.
Este inocente juego esconde un paralelismo con las estrategias que se desarrollan en el mundo político. Los acontecimientos desatados en estos días a propósito de la detención del ex Primer Mandatario revelan este símil lúdico. Se trata de crear una imagen que momentáneamente desvíe la atención de la gente, con el fin de que no perciban que algo pasa en otro lado, fuera de su ámbito de visión. Esto se conoce en el ámbito de la ciencia política como Teoría de la Distracción.
Como en el juego, el siguiente paso político se forja en secreto o con la mano escondida, para luego revelar el arma de ataque y conseguir la victoria. Igual que en el juego, esta victoria es tan temporal e inestable que debe volverse a desatar otro ataque posiblemente cambiando la imagen empleada, muy parecido al “dos de tres” y luego al “tres de cuatro” al que acuden los participantes en el juego para seguir concursando y no verse derrotados. Sea como sea, siempre es un juego.
El Gobierno nacional ha demostrado que su falta de habilidad en el área económica se compensa en el plano político con la aplicación reiterativa de distractores. De allí que el show del 12 de agosto haya empezado en plena madrugada, con la poco ética transmisión en directo por Teleamazonas del ingreso policial a la residencia de Abdalá Bucaram, su posterior traslado al recinto policial, el drama de un supuesto ataque al corazón, su transportación hasta Quito y finalmente su devolución a Guayaquil para el arresto domiciliario… todo en menos de 24 horas. Piedra gana a tijera.
¿Qué escondió este show armado bajo el discurso de la supuesta lucha contra la corrupción? Basta revisar los acontecimientos de estos días para entender que la detención solo fue un distractor.
Hecho 1: El coronavirus no cede y sigue matando, lo que hace que crezcan las críticas hacia la ausencia de políticas reales de parte del Gobierno, la pasividad del Ministro de Salud, la negación de parte de sus autoridades de que la situación está fuera de control y la poca intención de pagar los sueldos atrasados a los médicos. Además, las cifras de muertos no cuadran, desatando un escándalo que ni las fuentes internacionales lo pueden ocultar, como lo demuestra la nota de la periodista rusa Inna Afinogenova, de Russia Today (1). Esto se complementa con la crisis profunda en la que se encuentra sumida la seguridad social en el país.
Hecho 2: El débil Gobierno no logra implementar una acción de fuerza real que frene la arremetida de la marea de pescadores chinos en el mar que linda con las aguas territoriales. Su convocatoria a una acción internacional no tuvo eco y sus reclamos al gobierno del país asiático causan tanta mella como el golpe de un niño de seis años a un luchador de peso pesado.
Hecho 3: Un día antes de la detención de Bucaram, tras varios meses de retraso y con la aplicación de una metodología cuestionable, el Instituto Nacional de Estadística y Censos (INEC) publicó las cifras de empleo, donde se observa con pavor el crecimiento del desempleo: en apenas seis meses –entre diciembre de 2019 y junio de 2020- pasó de 3,8% a 13,3%. Esto quiere decir que el indicador subió de 311.134 personas a 1.009.583 desempleados (2).
Hecho 4: El manejo de la situación en los centros de rehabilitación social no para de espantar. Casos de sicariato en su interior, motines, abandono… la lista es larga y en las últimas dos semanas se ha manifestado con especial crudeza, vinculado a casos de corrupción.
En ese contexto, un Gobierno débil y cercado por varios temas no tiene más remedio que aplicar la máxima de Nicolás Maquiavelo: “Aunque el engaño sea detestable en otras actividades, su empleo en la guerra es laudable y glorioso. El que vence a un enemigo por medio del engaño merece tantas alabanzas como el que lo logra por la fuerza”.
¿En dónde es posible verificar el resultado de esta estrategia? Pues en los medios de comunicación y en las redes sociales. Más allá del cuestionado montaje del show para las cámaras del “lindo canal”, aparentemente consiguió su propósito, como lo grafican las portadas de los medios de mayor cobertura al día siguiente. La nota principal de la portada de El Comercio del 13 de agosto decía: “El expresidente Bucaram suma su tercer proceso penal”. Los otros temas de primera, crisis de pandemia y cifras de desempleo, fueron suavizadas y eclipsadas por el suceso del día. Tijera gana a papel.
Lo mismo pasó en El Universo y La Hora. En el primer caso, su nota central está a tres cuartos de página: “Policía entró a vivienda de Abdalá y lo apresó; además buscaba a su hijo Jacobo”. Las demás notas quedaron literalmente aplastadas por el titular. En el segundo caso sucedió algo parecido, con un titular de poco más de media página que señala “Una dinastía manchada por el escándalo”, minimizando las otras dos notas, una sobre los centros de rehabilitación y otra sobre el covid-19 en Quito. El Súper lo puso en toda la portada diciendo: “Lo agarraron en interiores. Abdalá a ‘cana’ otra vez”. En la misma línea El Extra puso “¡Guata fuck!” y Últimas Noticias tituló su portada con “¡Qué locazo! Abadalá en pindingas!”. Quizás la excepción fue Diario Expreso, que puso a la nota “Bucaram afronta cargos por delincuencia organizada” como la segunda en ubicación y sin foto, pero como la de mayor peso por el tamaño de la letra.
Una rápida revisión de las portadas de los medios de comunicación aparecidas el viernes 14 de agosto de 2020 muestra como el tema de Bucaram simplemente desapareció (Expreso, La Hora, Súper, Extra, Últimas Noticias) ó quedó relegado como lateral y secundario (El Comercio y El Universo). Esto permite apreciar que el efecto del golpe mediático surtió efecto, distrajo a la gente de los temas críticos de su cotidianidad y dio respiro al Gobierno. Papel gana a piedra.
El círculo de la manipulación se cerró una vez más y se abrirá nuevamente al estilo “dos de tres” colocando como arma mediática la espectacularización de los escándalos de corrupción. Esto es lo más terrible porque al final termina devaluando cualquier intento genuino de acabar con este mal estructural del Ecuador, pone en duda la legitimidad del trabajo de la justicia y genera desconfianza en la ciudadanía, algo crítico ahora que se avecina un proceso electoral presidencial. ¿Jugamos Jan-Ken-Pón?
Captura del video de Teleamazonas, difundida en nota de El Comercio (https://www.elcomercio.com/actualidad/dalo-bucaram-reacciona-detencion-abdala.html)

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