CRÓNICAS DE CORONA / Día 20 de aislamiento: hasta el ‘piedra, papel o tijera’ evoluciona… ¿por qué nosotros no?


Ocurrió en la cena del 5 de abril de 2020. Todos arrimaron el hombro para elaborar un lujo dominguero en medio de la cuarentena: un crepé con relleno de fresas, uvas y cremas. En días pasados, entre expediciones y filas frente a los negocios clave de esta temporada, compré una arroba de harina y al paso unas fresas con la última crema disponible en una de las tiendas del sector. Los productos se fundieron y lo disfrutamos tanto que todos comenzaron a mirar con deseo inusitado al envase de plástico donde estaba aún un poco de crema, la que se complementaba perfectamente con las últimas frutas partidas dispuestas en un pequeño plato.
Mi esposa Alex y yo decidimos quedarnos afuera de esta tentación, pero teníamos que adoptar una decisión salomónica para que nadie se sintiera mal, cuanto más si Carla, Nicolás y Fernanda manifestaron ya sin empacho su derecho a tomar posesión del manjar. ¿Cómo resolver este dilema? No funciona el truco de las edades, del orden de nacimiento o cualquier otra idea invocada por quienes se sentían en el pleno derecho universal de hacerse del botín.
Pero la solución provino de ellos mismos y de la manera más intrépida. “Piedra, papel o tijera por tres veces”, dijo Nicolás y ellas asintieron. El duelo estaba pactado y se acercaba la hora de la verdad. Los ojos de Fernanda veían a los de Nicolás con desconfianza, mientras las miradas de Nicolás y de Carla se cruzaban como los retadores dispuestos a dejar su vida en la arena. Luego, todos clavaron sus pensamientos en salir vivos de esto con el trofeo en camino directo a su estómago. En cuestión de dos minutos el futuro habría tomado forma y solo un alma se alzaría con la victoria, mientras las otras dos descenderían al infierno de su derrota.
Todo mundo sabe que piedra vence a tijera, tijera gana a papel y papel domina sobre la piedra. Es un círculo finito de posibilidades de victoria y de derrota, pero que se amplía cuantas tantas veces los retadores estén dispuestos a mantenerse en lucha, con su esperanza puesta en volver inapelable su victoria. En esta ocasión fue cuestión de dos minutos o quizá menos. La velocidad con la que los contrincantes desplegaron las tres formas en sus manos dio cuenta de su destreza y su permanente práctica. Eran unos profesionales y eso le daba más valor al pequeño torneo. Una sucesión de tijeras, piedras y papeles se cruzaron entre sí y a una velocidad asombrosa, al punto que los espectadores no atinábamos a captar todo el momento.
La competencia de 'piedra, papel o tijera' fue intensa. Foto: Carlos Villacís Nolivos.
“Piedra, papel o tijera, un dos, tres”, repetían a coro y las manos salían a abrazar el infinito con el objetivo de consagrarse en la eternidad. Se dieron tres turnos o cuatro -ya no estoy seguro-, porque en uno hubo un empate con papeles simultáneos en las tres manos de los concursantes. Al final, hubo un solo ganador: Nicolás. Ante nuestro asombro, las dos niñas asentían con su rostro y una sonrisa, reconociendo la superioridad y la suerte de la estrategia del ganador, quien al mismo tiempo y con un eufórico grito se hizo del envase con la crema y las frutas, mientras lo convertía en su trofeo, en su meta, en su resonante victoria. Todo terminó…
El juego inventado en el Japón del siglo XVII se llamó Jan-Ken-Pón, así lo conocen aún en algunos países sudamericanos y de hecho, cuando era niño yo lo aprendí con ese nombre. En el juego original –algunos dicen que antes que infantil era practicado por bebedores de alcohol- la posición de las manos representaban a una rana, una babosa y una serpiente, que más tarde cambió en occidente por las señales que actualmente conocemos.
Volviendo al torneo casero, una vez que este se cerró, Carla recordó que hay una versión del juego que lo complejiza un poco y cuya aplicación causa hilaridad. Se trata de la manera como lo juega el personaje Sheldon Cooper en la popular serie The Bing Bang Theory, donde agrega dos símbolos más porque considera que las tres clásicas son muy predecibles. Se trata de lagarto o rata (varía según la traducción) y de Spock, haciendo referencia al símbolo de saludo de los vulcanianos usado con frecuencia por el comandante del mismo nombre en la histórica y épica serie de películas Viaje a las estrellas (Star Trek).
Según la narración del propio Sheldon Cooper, la secuencia del juego es la siguiente:
Representación del juego en la versión de Sheldon Cooper. Resumen colocado por Carlita en el chat familiar.
Por si acaso, estén interesados, les dejo un par de enlaces para que conozcan la versión del juego emitida en la serie cómica estadounidense que se transmitió durante una década:

Ya saben, el sencillo juego ha evolucionado y no para de hacerlo, a veces incluso como broma, pero no está quieto. Las cosas sencillas son así: dotan de contenido a nuestro tiempo y ponen un sello distinto en la vida. También evolucionan y nos demuestran que todo se mueve, que nada está quieto, que aunque parezca imperceptible, en el centro de cada hecho, de cada acto, de cada persona… algo cambia. Está en tus manos decidir cómo cambiar. Lo haces a veces de manera brusca y notoria, impactante y quizá hasta conmovedora, pero también hay transformaciones  imperceptibles en tu interior aún para ti mismo.
Aprende a estar quieto a veces y sentir esas transformaciones que el rato menos pensado pueden provocar cataclismos interiores y movimientos telúricos en tu vida. Momentos como esta cuarentena obligada también puede convertirse en la oportunidad de detenerte un poco, callar, escudriñar y analizarte, quizás puedas descubrir esos movimientos profundos y ser mejor. El ‘piedra, papel o tijera’ tiene una historia de tres centurias, más o menos, y ha cambiado de su versión original a la actual, y hay intentos de transformarlo, aunque sea en broma. No se ha detenido… nosotros tampoco. La palabra de este día es juego.

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